Marta, una Novia, Cuentos y Castillos
Paseando un día por Madrid, decidió entrar en nuestro atelier en Don Ramón de la Cruz. Nos contaba que pasaba por casualidad y entró simplemente a mirar, pero en cuanto vio su vestido… ¡se enamoró!
Tenía muy claro que siempre había querido que fuese un vestido algo bucólico con plumeti, antiguo, campestre y con caída.
Algo que encajara en el pueblecito de Cantabria en el que se casaba.
Creía que iba a ser muy difícil encontrar todo lo que le gustaba en un solo vestido.
“Cuando fuí a Pol Núñez y ví que exactamente tenía lo que quería… me temblaban las piernas de la emoción. El encaje de las mangas caídas a estilo medieval como de época. La transparencia con el plumeti que le daban un toque clásico a la vez que moderno y diferente de lo clásico que había visto hasta ahora y la cola… con un bordado de encaje que le daba muchísima elegancia al vestido… ¡Me pareció un vestido dentro de lo original, muy clásico, sencillo y diferente!”
Cuando le preguntamos porque había elegido el diseño Pol Núñez nos contestaba con una sonrisa.
“Elegí el diseño Pol Nuñez : No lo dudé … tenía varias tiendas para novia pendientes y en cuanto llegué me enamoré de sus vestidos… era exactamente lo que quería yo… Los vestidos de Pol Nuñez tienen mucha personalidad y un toque ancestral a la vez que elegante que me encanta. ¡Reunía todos los requisitos que quería en mi vestido, fue un flechazo !”
Marta se casó el 13 de Mayo en Santander. Celebró la misa en la Colegiata de Santa Cruz, un edificio de piedra del SX.
Como para Pol Núñez es tan importante compartir el Sí quiero con todas nuestras novias. Le pedimos a Marta que nos contara que pensaba momentos antes de entrar a la Iglesia. ¡Nos encantó su respuesta!
“Marta disfrútalo muchísimo porque solo lo vas a vivir una vez ! Estate tranquila y feliz porque con eso… está hecho el resto…”
Sus hermanos como sorpresa le regalaron un coche de caballos que esperaba a Marta y a su marido a la salida de la Iglesia para llevarlos a la Finca de San Juan de Castañeda donde gracias a los dueños de la finca fueron cumpliéndose los sueños de Marta.
Quería una boda bucólica, de campo, sencilla pero elegante, muy rústica con mucho verde y en Santander. Para Marta era muy importante que fuera una boda original, diferente y que todos los invitados se lo pasasen bien.
Buscaba un almuerzo con brasas elegante y con gusto. Por eso como menú eligieron un lechazo al burdunchi hecho en las brasas en el jardín.
La disposición de los comensales fue en mesas alargadas sin mantel transportándonos a la Época Medieval. El detalle lo pusieron los arreglos florales en tonos verdes de Gloria Catalpas que dieron al comedor un ambiente campestre y acogedor.
Cada detalle, cada instante fueron para Marta un sueño hecho realidad.
Gracias Marta, nos ha encantado compartirlo contigo.
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